Querida (y odiada) EM:

Que la vida es caprichosa es algo sabido desde el principio de los tiempos… No pretendo ni mucho menos descubrir nada con esta afirmación. Que, a veces, es muy injusta, también es verdad. Y, cuando se dan las dos circunstancias, piensas y te haces preguntas que probablemente nunca llegaremos a resolver, al menos satisfactoriamente.

Yo conozco al que hoy es mi marido desde que éramos pequeños, nos perdimos la pista antes de la veintena y, ya en la madurez de los cuarenta y pocos años, esa vida caprichosa nos volvió a reunir. Yo tenía mi bagaje y él tenía una compañera desde hacía muchos años: TÚ.

Cuando me reencontré con él, yo apenas tenía noticias de ti, no sabía ni quién o qué eras, ni qué hacías a tu paso, ni cómo afectabas a la persona en la que te instalabas impunemente y sin ser invitada… Pero, después de más de diez años de convivir contigo, ya te voy conociendo. Sólo en parte, porque eres imprevisible y no te manifiestas abiertamente, no, ni mucho menos…

Y por eso he comenzado dirigiéndome a ti con una interrogación, porque después de tantos disgustos, de tantas vivencias y convivencias contigo, aún no he decidido si te quiero o te odio. Te agradezco que me hayas unido a él. Te agradezco que, debido a ti, he aprendido a ver la vida de otra manera, con más serenidad y conciencia de lo que tengo/tenemos; de que después de un día viene otro que no tiene por qué ser igual al anterior ni mucho menos al posterior; que los planes a corto plazo son  los mejores y la inmediatez es algo mucho más valioso; que los buenos momentos que nos dejas a solas son dignos de una apreciación sin medida; y que los malos (los más frecuentes…) hay que aceptarlos tal y como nos los das, sin juicios… Y que por tu intervención, somos un matrimonio de tres. Quizás este no es el estado ideal, pero es así, porque hemos intentado echarte de nuestro lado pero tú persistes en quedarte. Eso sí, con él no vas a poder, porque aunque eres muy fuerte y poderosa, él ni se ha rendido ni lo va a hacer.

… Advertida estás…

Lola

Gerardo García

Share This