Querida (y odiada) EM:

Te hiciste presente en uno de los peores momentos de nuestras vidas, intentaste arrebatarle la sonrisa y hoy en día sigues intentándolo. ¿Sabes? Somos fuertes, muy fuertes, y ella muchísimo más y tú contribuyes a hacernos más. Nos has enseñado a no pensar en mañana y disfrutar de hoy a pesar de que sea un día de mierda, a perder el miedo a las enfermedades, médicos, pruebas, ensayos, efectos secundarios, a todo ¿Pero tú que te crees?

Ya puedo decir tu nombre sin provocarme un nudo en la garganta, puedo chillarlo, puedo hablar de ti a mis amigos, no vas a ser un problema, claro que no.

Mira, madre no hay más que una, vida no hay más que una, por lo que si tenemos que aprender a vivir contigo, lo vamos a hacer de la mejor manera posible.

Vamos a ser felices todos, y sobre todo ella, contigo o sin ti.

Lucía CL

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