Querida (y odiada) EM:
Gracias por darme una segunda oportunidad. Cuando llegaste a mi vida me paralizaste. Sin embargo, gracias a ti me puse en contacto con ADEMCVILLALBA, que además de estar donde resido, fue mi segunda oportunidad de vivir plena con la enfermedad y ayudando a los demás. Ahora estoy fuerte y con ganas de seguir adelante.
Yo personalmente recomiendo las asociaciones, son una extensión de familia,
¡¡¡¡recurrid a ellas!!!!
Paloma