Querida (y odiada) EM:

No, no tengo nada que agradecerte, es más si esto de dirigirme a “ti” no fuese más que una licencia literaria, si fueses alguien de verdad y te pudiese ver la cara, el tono sería diferente.

Pero no, tú no das la cara y mucho menos las 1.000 que dices que tienes. Eres ruin, cobarde, injusta y sobre todo, incierta.

Pero yo no te sufro ni te padezco, simplemente, te tengo y justo por ser como eres y gracias a ser como soy yo, he podido darme cuenta de lo que verdaderamente me hace feliz.

Gracias a tenerte, hemos encontrado la motivación para seguir luchando por nuestra felicidad.

Gracias a tenerte, hemos descubierto que el trabajo duro y el sacrificio siempre dan resultado

Gracias a tenerte, me he rodeado de un gran equipo, el mejor, y ellos son los verdaderos responsables de mis éxitos, y son los que me hacen feliz. Mi motivación.

Gracias a quitarme la salud, me he dado cuenta que soy vulnerable (y mucho), pero que a pesar de ello, puedo lograr mucho más de lo que creía. Hoy sé que cuidando mi salud, alcanzo un nivel de bienestar que muchos que no te tienen, desearían.

Gracias a tenerte, nuestras vidas se ha convertido en una gran serendipia y una tremenda demostración de resilencia.

No, puede que piense que no tengo nada por lo que daría las gracias pero lo cierto es que gracias a tenerte, has sacado lo mejor de nosotros y gracias a tenerte sabemos que RENDIRSE NO ES UNA OPCION.

Ramón Arroyo

Share This