Querida (y odiada) EM:

Siempre he sido una persona frágil, gracias a ti me he dado cuenta de lo fuerte que puedo ser. Cada día intentas vencerme, alguna vez lo consigues, es una lucha entre tú y yo, en la que si gano, ese día puedo ser “casi normal”. Muchas veces me haces llorar, intentas hundirme, pero no me rindo y me levanto y te digo que no, que no vas a poder, no te lo voy a permitir. Eres el centro de mi vida, siempre estás conmigo, nunca me dejarás ir, aun así, intento olvidarte, asumir que estás ahí y que no eres tan importante para mí, que hay más cosas, que gracias a ti, intento más que nunca ser feliz. Gracias por hacerme ver lo importante de la vida.

Rosa

Share This